Si eres de las personas que no come lechuga, o que por el contrario, la consume con mucha frecuencia, es muy importante que conozcas los beneficios que posee y su información nutricional. 
La lechuga se cultiva desde hace más de 2.500 años. Con los Romanos crecieron muchas variedades y se convirtió en un producto muy apreciado en Asia y Europa. En los Estados Unidos, un informe agrícola de 1885 , describió no menos de 87 variedades de lechuga.
La lechuga ayuda a la digestión y promueve la salud del hígado. También puede reducir el riesgo de enfermedades del corazón, derrames cerebrales y cataratas. Otra investigación muestra que ayuda a reducir el riesgo de cáncer y puede aliviar el insomnio nervioso.
Sin embargo, si el iceberg es el único tipo de lechuga que comes, estás eligiendo el miembro menos nutritivo de una familia de campeones nutricionales. Cualquier otra lechuga o verdura de hoja verde sería una mejor opción.
Como regla general, el verde oscuro de las hojas, es el más nutritivo en las ensaladas. Por ejemplo, la lechuga romana o berro tiene de siete a ocho veces más beta-caroteno y de dos a cuatro veces más calcio y, como que si eso fuese poco, el doble de la cantidad de potasio, que la lechuga iceberg.
«Las vitaminas, minerales, fitonutrientes y fibras que se encuentran en la lechuga romana, son especialmente buenas para la prevención o alivio de muchos problemas comunes de salud«, según el sitio web WHFoods.org.
Debido a su contenido calórico muy bajo y el volumen elevado de agua, la lechuga romana, a menudo pasada por alto en el mundo de la nutrición; en realidad es un alimento muy nutritivo, rico de nutrientes, una excelente fuente de vitamina A (notable su concentración de pro-vitamina A carotenoide, el beta-caroteno), vitamina K, ácido fólico, vitamina C, manganeso y cromo. La lechuga romana también es una muy buena fuente de fibra dietética y vitaminas 6 y minerales.
Mediante la variación de los verdes en sus ensaladas, se puede mejorar el contenido nutricional, así como variar los sabores y las texturas.
Estas son algunas de las bondades con las que cuenta la lechuga, además de ser un sabroso alimento, que ayuda a perder peso y lidiar con las enfermedades, y que incluso puede hacer que recuperes el sueño y dejes de sufrir del tan temido insomnio.
