El ruibarbo es una planta originaria de China y el Tíbet. El Rheum officinale (o Rheum palmatum) pertenece a la familia de las Polygonaceae; tiene hojas y flores grandes aunque su tamaño es más bien pequeño.
El uso del ruibarbo se remonta ya al 2700 aC, en la época del emperador chino Shen Nung.
Características
Compuesto por un 93% en agua, la planta de ruibarbo también se compone de fibras (1,7%), hidratos de carbono, proteínas y azúcares. Tiene también algunas vitaminas, especialmente de los grupos A y B, mientras que en cantidades limitadas, también vitaminas C, D, K y J.
El ruibarbo también tiene minerales, incluyendo calcio, hierro, fósforo, magnesio, manganeso, potasio y selenio. En distintas medidas se encuentran ácido gálico, ácido cinámico y ácido tánico.
Propiedades curativas y contraindicaciones
La principal acción asociada con el ruibarbo es ayudar al tracto digestivo. Cuando se toma en pequeñas dosis estimula la secreción de jugos gástricos, mientras que en una dosis más alta, alrededor de 4 gramos, estimula el peristaltismo intestinal.
Esta acción hace del ruibarbo, en virtud de su contenido de glucósidos antraquinónicos, un remedio natural para el estreñimiento crónico. En cambio, gracias a su efecto colagógico, esta planta es recomendada como una solución contra la enfermedad hepática crónica.
Sin embargo, hay que prestar atención a algunas posibles contraindicaciones.
Debe evitarse absolutamente su consumo durante el embarazo o la lactancia; también en caso de obstrucción intestinal y divertículos.
Es aconsejable consultar al médico, para descartar posibles reacciones alérgicas a una o más de las sustancias contenidas en el mismo.
Por último, no hay que utilizar el ruibarbo como un remedio habitual, incluso en el caso de enfermedades crónicas. Su uso debe ser siempre ocasional, y en casos puntuales, los riesgos posibles son la aparición de diarreas o dolores abdominales.
También se recomienda se uso sólo en la edad adulta y siempre consultando con el médico de confianza.