Los callos son muy comunes y la razón mas común es por el uso de un calzado incorrecto, pero hay maneras naturales de erradicarlos y que no sean tan dolorosas como una cirugía. Los callos suelen aparecer por caminar, por ciertas posiciones, por mantenerse mucho tiempo de pie, por el uso de ciertos zapatos o porque simplemente se descuidan y como los pies no es una de las partes del cuerpo que más tenga atención, es fácil que aparezca todo tipo de detalles que además de ser molestos, se vuelven dolorosos. Los callos son una especie de protección que el cuerpo desarrolla frente a cierta presión o alguna fricción como la que produce los tacones en las mujeres o algunos zapatos que cansan y empiezan a tallar. Algunos pueden presentarse incluso en las manos por el uso frecuente de herramientas o fuerzas inadecuadas, pero también tienen solución.
Pero lo que si hay que resaltar es que los callos de los pies son más dolorosos y además producen molestia pues si se exhiben los pies y otras personas los ven, pueden causar una total vergüenza. Aunque hay personas que confunden los callos con ojos de pescados o clavos, son totalmente diferentes pues los últimos se caracterizan por tener una especie de núcleo o centro blanquecino que aunque es duro y no produce materia, si duele si se presiona hacia adentro. Por su parte los callos son más grandes, se caracterizan por tener piel muerta en su estructura y sus lados de aparición son frecuentes en los talones, bajo el dedo gordo del pie, bajo el punto de apoyo del pie y en el centro y donde nacen los juanetes. Para poder quitarlos se pueden aplicar ciertos remedios caseros que hay que usar con perseverancia para que poco a poco el callo desaparezca, pues no será de un día para otro.
– El más común en frotarlo con una piedra pómez y después con una cebolla cabezona cruda y a la mitad.
– Tomar un diente de ajo, machacarlo y remojarlo con aceite de oliva, aplicarlo sobre el callo y esperar unos minutos para que poco a poco empiece a reblandecer. Esto deberá ser aplicado día de por medio.
– Triturar de 5 a 6 aspirinas, mezclarlas con zumo de limón y una cucharada de agua. Una vez que la preparación esté lista, aplicarla sobre el callo y envolver el pie en una toalla caliente durante unos minutos. Lo que sucede es que con acción del calor y la sustancia, el callo empiece a reblandecer y se suavice la piel, la cual podrá ser frotada con piedra pómez y así será más fácil retirar la piel muerta.
– La caléndula es increíble para la curación y cicatrización de ciertas heridas, pero para los callos también es excelente porque ayuda a suavizar al piel endurecida, además ayuda a desinflamar la piel si queda un poco resentida después del uso de la piedra pómez.
– Las infusiones de manzanilla tibias pueden ser perfecta para relajar la piel, suavizarla y desprender la piel muerta poco a poco.