La soya, grano milagroso

Se exponen los nuevos beneficios que se han hallado del grano de la soya con aplicaciones en la industria cosmética, ya que previene el envejecimiento prematuro y recupera la suavidad y la tersura de la piel. La soya, grano milagroso

Desde hace muchas décadas se ha hablado de los múltiples beneficios de la soya en el campo de la alimentación y la salud, pero ahora esas virtudes de las proteínas que contiene este grano, se ha extendido también al campo de la belleza.

La soya es cada vez más popular, aunque ya lleva tiempo apareciendo dentro de las páginas de las revistas de nutrición así como también como parte de los estudios de muchos centros científicos, en todos los casos coinciden en señalar a este alimento como un suplemento nutritivo de propiedades benéficas comprobadas, pero no solo han quedado allí las conclusiones por el contrario cada vez que se termina un estudio las bondades de esta planta leguminosa aumentan, como por ejemplo la comprobación que del grano se puede extraer un aceite que produce en el organismo un efecto antioxidante e hidratante.

Pero el uso de la soya ha seguido creciendo incorporándose a los tratamientos de belleza, siendo un hallazgo que solo es comparable con lo que significó para el mundo de la belleza el aloe vera, con el cual ahora se compiten en eficiencia sobre todo en lo que se refiere a las alteraciones en la piel y todos los tratamientos cutáneos que nos podamos imaginar.

Dentro de los primeros estudios que encontramos que tratan sobre las bondades de la soya encontramos que en 1977 la Federación de Drogas y Alimentos de Estados Unidos, FDA, reconoció la importancia de este alimento en la disminución de las enfermedades coronarias, así como también en investigaciones mucho más recientes se ha podido establecer que este alimento ayuda al rejuvenecimiento y mantenimiento de la piel, por lo que ahora es muy común ver productos cosméticos con este ingrediente, dentro de sus fórmulas mágicas.

Uno de los elementos que naturalmente más se le destaca a la soya pasa por lo equilibrado de sus compuesto, ya que como leguminosa tiene unos componentes en proporciones envidiables, señalándose que cuenta con un 40% de proteínas, 20% de lípidos y un 30% de carbohidratos, teniendo además la propiedad que al transformarse en emulsiones su composición favorece la retención del agua en la superficie de la piel, por lo que ayuda a restablecer la superficie de la piel y la textura.

Muchas empresas también se han lanzado a la incorporación de la soya dentro de los ingredientes que comercializan en el mundo como es el caso de Johnson & Johnson, quienes han concluido recientemente que para mejorar las condiciones y las bondades de la soya es necesario preservar todos sus componentes durante el proceso de industrialización.

Pero siempre aparecen nuevas bondades por lo que por ejemplo actúa como un elemento antioxidante de gran impacto en el organismo, ya que permite inhibir los niveles de oxidación de los radicales libres, por lo que ahora también nos encontramos con este elemento en los protectores solares.