Por lo general se presta gran atención a la alimentación durante los nueve meses de embarazo, pero no se piensa que, si se está amamantando, hay que ser igual de cuidadoso ya que todo lo come la madre, también pasa al bebé.
Por esta razón, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos ha emitido un comunicado de prensa para recordar a las madres la importancia, para la salud del pequeño, de comer adecuadamente.
El documento reafirma la utilidad de una dieta similar a la mediterránea, rica en frutas y verduras, pescado, carne magra, huevos, legumbres y frutos secos.
También recuerda de no apurarse a introducir la leche y de preferirla baja en grasa o incluso leche de soja enriquecida con calcio. Por supuesto, siempre bajo el consejo del pediatra.
Hay que evitar las bebidas azucaradas, dulces, carnes grasas y alimentos fritos.
Las madres deben consumir una buena cantidad de pescado, es muy importante incorporarlo regularmente en la dieta, incluso mariscos, ya que los micronutrientes que contienen pueden ayudar al niño a ver antes y mejor.
Tenga cuidado, sin embargo, de no llevar a la mesa pescados contaminados con mercurio (peces pescados en zonas marítimas contaminadas con mercurio), que es una sustancia que puede dañar al bebé.
Durante la lactancia es importante beber muchos líquidos (obviamente no alcohólicos) para hidratarse correctamente: se debe beber al menos un vaso de agua cada vez que se pone el bebé al pecho.
