Salud con el miso

Se hace una exposición sobre los beneficios en la salud que ofrece esta semilla tan poco conocida en el mundo occidental. Salud con el miso

Una de las semillas que se utiliza habitualmente en el Japón desde hace mucho tiempo, es el miso; se trata de un alimento que se obtiene a partir del proceso de fermentación de la soja. En este país existe una gran variedad de tipos de miso, resultado de siglos de tradiciones culturales y artesanales.

Aun cuando resumir todas las propiedades del miso sería bastante extenso, entre otras razones porque serían indispensable entrar s definirlas por cada tipo de miso, nos parece que lo más sobresaliente de esta semilla es su capacidad es la de combinar las proteínas de la soja, con las proteínas del arroz, independiente de que sea blanco o integral o con las proteínas de la cebada y esta característica permite obtener una mayor concentración de aminoácidos complementarios.

También otorga una mejor asimilación, lo que podría ser la respuesta al hecho de que la mayoría del miso que se consigue comercialmente, ha sido elaborados precisamente con estos cereales.

El miso ayuda a la digestión y asimilación de otros alimentos gracias a cuatro agentes digestivos, como son las enzimas naturales y lactobacilos, las levaduras resistentes a los mohos y otros microorganismos que lo componen.

Estos microorganismos, luego de pasar un prolongado tiempo de fermentación, continúan su acción en los intestinos, donde desmenuzan o digieren proteínas complejas, como los hidratos de carbono y grasas, haciéndolas más asimilables para la nutrición del ser humano.

El miso contiene sólo un 5% de aceite natural insaturado y está privado por completo de colesterol; por el contrario, posee aceites que son ricos en lecitina y ácido linoléico que son básicos a la hora de eliminar el colesterol y otros ácidos grasos que circulan por el sistema circulatorio. El miso es bajo en calorías, por lo que resulta muy indicado en dietas de adelgazamiento.

Los fanáticos de esta semilla, sostienen que la salud del aparato digestivo se podría asegurar con el consumo regular de miso; el su proceso de fermentación de la soja, se realiza a través del hongo Aspergillus orizae.  Y como ya los habíamos mencionado existen variedades de miso dependiendo del cereal con el que se hayan combinado y el tiempo de fermentación.

Sin lugar a dudas es una semilla que reporta algunas propiedades terapéuticas en el mantenimiento y restauración, en caso de que sea necesario, del sistema digestivo e intestinal, por las bacterias y enzimas que lo componen.

El miso contribuye a que el organismo obtenga el grado de alcalinización necesario, por lo que quienes lo consumen aconsejan que no debe estar pasteurizados, además obviamente que sea de muy buena calidad.