La nutrición en los niños

Se presenta una serie de sugerencias y orientaciones para llevar una dieta balanceada y adecuada para el desarrollo y crecimiento de los niños mayores de 2 años. Se describe cuáles alimentos podrían suplir las deficiencias alimenticias más frecuentes. La nutrición en los niños

 

Tanto en el transcurso de la infancia, como también en la adolescencia, es fundamental tener un plan alimenticio de variedad para que los niños o los jóvenes tengan un adecuado desarrollo y crecimiento.

Después de los dos años de edad, es preferible no suministrar una dieta con altos contenidos de grasa, que pueden contribuir posteriormente a enfermedades como la obesidad o algunas cardiopatías, sino que es recomendable que la dieta sea moderadamente baja en grasas, sin eliminarlas del todo, ya que de todas maneras son necesarias para el organismo.

A la hora de planear la dieta para los niños mayores de 2 años, lo que debe primar es el sentido común, en la claridad de mantener un plan alimenticio que cubra alimentos de los grupos básicos de alimentos, como son panes y granos o porotos, carnes, frutas, verduras y productos lácteos, los que seguramente contribuirán a prevenir deficiencias nutricionales, que es lo se debe evitar a todo costo.

Una serie de organizaciones como la Asociación Médica Estadounidense, American Medical Association y la Asociación Dietética Estadounidense, American Dietetic Association, hacen un especial énfasis al  recomendar que los niños saludables deben obtener todos los nutrientes de los alimentos en lugar de suplementos vitamínicos.

Los nutrientes que tienen la mayor posibilidad de ser deficientes en la dieta de un niño son: el calcio, el hierro, la vitamina C, la vitamina A, el ácido fólico y la vitamina B6. La Academia Estadounidense de Pediatría, American Academy of Pediatrics,  no respalda los suplementos vitamínicos de rutina para niños normales y saludables; sin embargo, no hay un riesgo significativo si un padre desea suministrarle a su hijo una multivitamina pediátrica estándar, aun cuando evidentemente lo ideal es que las deficiencias sean compensadas con alimentos naturales.

Los niños que no consumen cantidades suficientes de productos lácteos, suelen tener  un  riesgo particular de deficiencia de calcio que puede interferir con el desarrollo y crecimiento de los huesos. Entre los alimentos que son buenas fuentes de calcio están la leche descremada o baja en grasa, el yogur y los quesos. Otros alimentos como el brócoli, las verduras cocidas y el salmón enlatado, que viene con huesos,  también brindan una fuente de calcio en la dieta; sin embargo, a menudo lo difícil es conseguir que los niños consuman los alimentos y todavía más difícil que lo hagan en las cantidades adecuadas.

La otra deficiencia más común es la de hierro, que puede ser satisfecha incluyendo en la dieta semanal su consumo, como carne de res, de pescado y de aves, las espinacas, las lentejas, las arvejas secas, las legumbres y algunos cereales fortificados con hierro. Lo importante es hacer variaciones para poder incluir la mayor cantidad de alimentos con hierro.